Durante la Revolución Francesa (1789-1799) las mujeres europeas comenzaron a tomar el estandarte de los reclamos por la igualdad social y marcharon en Versalles bajo el lema "Liberté, Égalité, Fraternité".

HERSTORY: La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (Olympe de Gouges)
Olympe de Gouges denunciaba que la revolución olvidaba a las mujeres en su proyecto de igualdad y libertad. Defendía que la «mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos». Reclamaba un trato igualitario hacia las mujeres en todos los ámbitos de la vida tanto públicos como privados: derecho al voto y a la propiedad privada, poder participar en la educación y en el ejército, y ejercer cargos públicos llegando incluso a pedir la igualdad de poder en la familia y en la Iglesia.
Su único hijo renegó de ella públicamente poco después de su ejecución, por temor a ser detenido. Aunque ya en vida había tenido que enfrentarse a la profunda misoginia de la sociedad en que vivía, tras su muerte, sus contemporáneos la relegaron a un tercer plano. Su obra cayó en el olvido, e incluso el desprecio, durante todo el siglo XIX. Se llegó a decir de ella que era analfabeta, poniendo en duda la autoría de sus obras y se dudó incluso de sus facultades mentales.
Habría que esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, para que la figura de Olympe de Gouges se recuperara como una de las grandes figuras humanistas de la Francia de finales de siglo XVIII. Objeto de estudio en Estados Unidos, Alemania y Japón, en Francia, tras la publicación de su biografía por Olivier Blanc, se le rindió homenaje en los actos del bicentenario de la Revolución Francesa en 1989. Desde entonces se han representado varias de sus obras de teatro, sus escritos están siendo reeditados y varios municipios franceses han dado su nombre a colegios, institutos, plazas y calles. Un reconocimiento tardío, pero imprescindible, a una gran luchadora por la mujer y por la igualdad.
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